- a veces me caes mal - sí, a mí me pasa lo mismo. a veces soy tan gilipollas que no me aguanto a mí misma y me gustaría estar un rato lejos de mí. - te entiendo - pero no hay manera, oye.
uno de esos que te mira desde detrás de los párpados mientras remueve el café y echa de menos el tiempo en que amanecía sin soñar con nadie. sentirse atraído por alguien le provoca dolor de cabeza y enamorarse le da pánico. y a mí, en el fondo, me da mucha envidia. y no porque el desgraciado no pueda amar, que tampoco se pierde mucho,
sino por vivir con miedo al amor. por ese afán de ser diferente, y no tenerle miedo a la muerte o a los impuestos como todo el mundo.
es desconcertante el temblor de tus pupilas, no sé, me daría miedo si fuera capaz de sentir tal cosa, pero es que contigo ahí, mirando el mundo desde algún espejo de tu torre de cristal, donde nadie puede hacerte daño,