gotas, gatos


entonces los cristales se empañaron,
y todos nos preguntamos
si los ojos cuando lloran
también se ponen tan fríos

y los gatos se detuvieron,
y tu y yo supimos
que al dejar de acariciarnos
dejaríamos de sentirnos las manos.

después las hojas empezaron a caer
y me asusté tanto...
y me asusté sola,
y sigo asustada.


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