negociando con terroristas


hace tiempo,
ya ni sé cuánto,
mi cabeza secuestró
el control de mis actos.

lo hizo porque
hacía tiempo,
ya ni sé cuánto,
que no sabía dirigirlos,
medirlos,
contenerlos,
ni frenarlos.

como rescate:
me pidió tiempo.

ahora
la presa de mi conciencia
me ha sido devuelta.
adormecida y asustada,
me mira desde detrás
de mis retinas,
y me pregunta
si para siempre,
o hasta cuándo
estará a salvo.

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