En el principio del infinito

Al principio de las pupilas, allí, donde ni uno mismo consciente puede llegar. Allí eligieron los miedos más profundos y aquellos deseos reprimidos de los que hablaba Freud esconderse. Allí, en lo que yo solo puedo imaginar de color negro, vive todo lo que nunca vas a decirme ni vas a escucharme decir, lo que soñamos por las noches y no sabríamos describir.

Pero ayer fue una nueva noche sin dormir del todo, de esas en que se mezclan los sueños y los pensamientos que tenemos despiertos. Cuando eso pasa hay momentos en que no tienes claro lo que tienes claro, momentos en que todo está nítido y aún así de un incomprensible gris. Es como si esos deseos inconfesables te dijeran: ¡puedes ignorarme, pero seguiré aquí!

whatever

1 comentario:

Rafa Álvarez dijo...

Hola! Me dio la dire de tu blog un amigo común, tengo que darte la enhorabuena, me gusto mucho. Y nada, hasta me animé a abrirme uno... Así que si te quieres pasar...
Encantado