Pero, sobre todo, ¿por qué narices guardamos todo esto?
Me gusta pensar en ellos como recuerdos que se esconden en cualquier parte inesperada, para reaparecer en otro momento y gritarte cosas como <<¿Recuerdas este día? Fue divertido>>, o <
Pero hoy no me he encontrado por casualidad con uno de ellos debajo del bloc, hoy me he dado de bruces contra mi propia incoherencia. He abierto los ojos y me he encontrado entre miles de personas que seguro que me han olvidado, pero por algún motivo yo no me desprendo tan fácilmente.
En la estantería tengo, entre mil más, una foto en la que, sí, reconozco a todos, pero no conozco a nadie. Ya no. Pero cada vez que la miro no puedo evitar preguntarme si el de la derecha seguirá guardando todas esas porquerías que me encantaba descubrir en su armario, o si el del medio habrá recuperado ya esa voz que no sé cómo perdió, si el de la izquierda seguirá siendo aquél incansable gracioso que conocí algún día de verano.
No sé, supongo que lo admito, me cuesta desprenderme de las cosas, como a todos. Tal vez será porque, para mí, decir en voz alta ¡ya no están!, sería como aceptar que todos los que hoy si están...
quiero creer que no quiero más sinsentidos en mi pared,
2 comentarios:
yo sé qué foto es esa de la que hablas...
vale, me equivocao de foto JAJAJAJJAJAJAJAJA
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