Bum, bum...
Bum, bum...
Bum, bum..!
Bum, bum.!!
Bum.... bumm!!!
¿Por qué? Quizás por todo esto... me habla a gritos, me pide perdón por portarse como un niño pequeño, quejándose y pataleando cada vez que le hacen daño... y yo, yo... le miro a la cara y me doy cuenta, por primera vez me doy cuenta de que lo es, aún tiene ese encantador ápice de inocencia, quiero creer que no lo ha perdido. Tal vez no estaba preparado para crecer así, a golpes, tan deprisa... me doy cuenta y, entonces,
sólo entonces, me arrepiento y le pido perdón por tratarlo como a un niño mayor.
***
Quizás aún haya tiempo para juntar los pedacitos esparcidos por el suelo y crear y criar a un niño nuevo, más fuerte,...
y volverá a latir...???
