En el rostro, como mucho, pueden verse las rojeces, la hinchazón, las ojeras... Pero es dentro, mucho más allá de lo visible, allí donde nadie llega a ver. Allí donde ni yo me siento.
Eso es lo enfermizo, lo de dentro, esa parte incomunicada con el resto y la certeza de saber que no sé nada de ello. Y ¿acaso alguien podrá comprenderlo? Si no puedo ni yo, que me palpo y me siento, me siento viva, ¿qué es esto? La vida dentro de mí, ¿qué es? No lo entiendo. Soy un peregrino perdido en el mundo de mi cerebro, si es que es allí donde me pierdo... Soy el amante no correspondido de la comprensión. Recuerdo que alguien dijo: 'Pienso, luego existo', genial, pero yo por pensar no vivo y sola puedo pasar mil horas desquiciantes con las palabras que me acosan.
Yo sueño con sensaciones, con poder sentir sin que me interrumpa la cabeza. Yo no soy de esas niñas que quieren ser princesa, yo deseo sentir libre de todo pensamiento, ¿quiero ser un animal? Ni esto entiendo.
Hace 12 años
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