promete no despertar antes de que toque las entrañas
de tus ojos donde guardas el centro de tus miradas,
desde allí quiero contemplar tus sueños sin palabras.
Si me dejas puedo tocándote susurrarle a tu piel,
que quiero convertir tu cuerpo en mi gran papel
y mis palabras en pinceles temblando entre mis manos,
y así hablarle a tu tacto con los labios en los dedos.
Si te digo la verdad, ¿lo ves? es demasiado tarde,
mírame, a mi no me vale ser cobarde.
Si te quedas aquí conmigo te volverás loco y,
poco a poco, te mataré a cordura...
de la que le falta al mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario