Y sé que vivo porque respiro pero, en realidad, no vivo

Estoy en una esquina en el suelo, sentada con la espalda sobre la pared, respirando con dificultad y viendo el aire salir de mi boca. Hace un frío humedo y todo es gris y duro, no hay comodidad, nunca hay comodidad. Miro a mi alrededor y me pregunto ¿qué hago aquí? JAJA, ¡SI VIVO AQUÍ! Pero no lo reconozco, es un mundo extraño al que estoy acostumbrada, pero nunca entiendo nada.

La banda sonora en este mundo es un zumbido constante que te recuerda la locura cuando crees que se te olvida, el color es el de mil preguntas escritas en las paredes que, todas juntas, dejan de serlo y se hacen torbellinos de tamaños gigantes en mi cabeza... No puedo ni describir los síntomas que padezco porque llevan conmigo ya demasiado tiempo

Y no aconsejo a nadie que se meta en mi cabeza al menos sin llevar un par de litros de cerveza, pero yo vivo 24horas 7días en ella y siempre soy consciente de que todo dentro es diferente, siempre soy consciente. El mundo es un apartamento aquí al lado del mío y sé que vivo porque respiro pero, en realidad, no vivo.

Y mi pelo y mis labios y mi lengua lo están sufriendo.

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