8o palabras
Mis pies te dejaron andar hasta mis rodillas
para sentarte sobre ellas a buscarme las cosquillas.
Entonces el nudo de mi ombligo te ayudó a trepar,
te encaramaste hasta colgar de mi barbilla
y subiste tiñendo de rojo mis mejillas...
Trepando hasta la balaustrada de mis ventanas,
conseguiste robar el pestañeo de esta mirada,
y dibujaste sin permiso tus colores en mis lágrimas.
Me regalaste el olor de cada una de tus caladas
y esa sonrisa durante años guardada...
Hace 12 años
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