Amante de los puntos suspensivos


De la intriga.

¿No es una delicia escribir tres puntos cuando no hay más argumentos? Yo los admiro, los considero el mejor invento de la historia. Cuando no sabes que decir o que hacer, cuando tienes serias dudas de si lo que estás diciendo suena muy estúpido pero no se te ocurre manera de arreglarlo, cuando estás enamorado, cuando estás arrepentido, cuando tienes miedo de que la respuesta equivocada acabe de escapar tus labios, cuando no sabes como terminar una historia pero tienes que hacerlo rápido.

Y hoy tengo tantas ansias de escribir que las palabras que escriben mis dedos en este viejo teclado pueden no tener mucho sentido, pero estoy tan segura de que necesito dejarlas salir... ¿Véis? Ahí estan otra vez, como salvavidas del escritor frustrado, del que ingenuamente cree que algún día llegará a serlo, son una tentación imprescincible y un error si usados excesivamente. Tengo mucho que aprender y poco que decir por ahora.
Quiero creer que aprendo y que hay gente como yo a la que no quiero necesitar. Quiero creer que aprenderé. Sin duda. Y que me encantará volver atrás y leer esto, aunque nadie lo haya leido y aunque a nadie le importe, si la vida no tiene sentido ¿que hacer? conformarnos por saber que vivimos para nada, no, por favor, a eso no quiero sucumbir.
Blog convertido en diario
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1 comentario:

Anónimo dijo...

Te leemos, camarada... te leemos