Diminutos cristales artificiales color azul
Sumergidos en algo que no acierto a distinguir
Debe de ser agua,... o tal vez no.

Girando y revolviéndose sin más
chocando contra paredes transparentes
que los separan de algun modo
del aire que beso desesperadamente cada segundo,
aire de vida que muero por respirar.
Frías e impenetrables,
no me permiten pasar
solo mirar desde fuera como un turista perdido que no sabe lo que está contemplando.
Solo veo colores que se entrecruzan en algo que no acierto a distinguir
Debe de ser agua,... o tal vez no.
Mis ansias de adentrarme en ese microcosmos
crecen conforme el movimiento de los cristales
se hace más y más y más rápido.
Mis dedos tocan las paredes
y con la cabeza inclinada intentando comprender
me siento una niña mirando pequeña una pecera,
fascinada por el brillo plateado de los peces al pasar
y solo tengo ganas de entrar y bucear,
con ellos...
Pero sigue siendo fría e impenetrable.
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